Vuelve una pareja de una fiesta a casa y, mientras suben las escaleras, el marido, con la lengua un poco suelta por la bebida le dice a su esposa:
– Amor mío, tienes el culo como una lavadora de grande, ja, ja..
La mujer prefiere ignorar el comentario.
Más tarde, al acostarse, el marido tiene ganas de hacer el amor y así se lo pide a su mujer, y ella contesta:
– Para una prenda tan pequeña, no pongo la lavadora. Lávala a mano si quieres.
